Tuesday, October 18, 2011

Mi nombre es Logan...


Desperté en un sitio muy tranquilo, era como un paraíso en la tierra; recuerdo que las nubes multiformes pasaban bailando frente a mis ojos. Escuchaba a los niños correr y reír; sentía la brisa tranquila que lograba deslizarse por los pliegues de mi ropa, era una armonía equilibrada en todo lo que me rodeaba aquel día, todo parecía tan tranquilo, tan normal, la noche estaba comenzando.

Mi nombre es Logan, o tal vez Robert… no puedo recordar cómo llegué aquí, lo único que sé es que aunque todos estos rostros son nuevos para mí, tienen un aire de familiaridad que me pone los pelos de punta. La vida es muy bella, y aunque no estoy seguro de mi nombre, todo marcha con tranquilidad. El parque yace solo y yo sigo aquí, no hay niños, no hay ladridos, sólo la luz de las estrellas y mi humilde presencia que no perturba ni al más pequeño de los insectos. Tal vez si camino encontraré al amor de mi vida, o ¿quién sabe? Tal vez ese amor ya ido para nunca más volver. Soy un anciano, no sé qué hacer.

Mi nombre es Logan, o tal vez Russell, no puedo recordar cómo llegué aquí, lo único que sé es que me vestí para la ocasión más especial de este mundo, la busco a ella sin descanso, pues, es quién me hace sentir vivo aunque parezca no estarlo. Me vestí para esta ocasión con chaleco y pantalón, camisa, sombrero de ala corta y corbatín, pues no sé si la muerte me encuentre vagando en un momento de elegancia y quiera seducir a esta triste alma sin nombre que vaga por ahí, por el parque.

Mi nombre es Logan, o tal vez Frank, no puedo sentir el pasar del tiempo, o la lluvia que ha empezado a caer, o las risas de los que demente me llaman, pues no los entiendo, no los conozco, no los recuerdo. Y aún así sigo caminando con la frente en alto, sin saber si mi vida va a empezar o está a punto de terminar, ¿Quién soy?.

Mi nombre es Logan, o tal vez Joseph, no puedo entender el reflejo de la luna que ya se oculta detrás de los árboles, el tiempo se nos escapa de las manos, la vida parece estar llena de lindos momentos, ¡si tan sólo pudiese alcanzarlos!, pero, por desgracia, no los recuerdo.

Mi nombre es Logan, o tal vez Albert, me detendré aquí, parece un bonito sitio, sigue siendo el parque pero ya está a punto de amanecer, escucho a lo lejos las sirenas, las campanillas de las bicicletas que ansiosas recorren la vecindad arrojando los diarios, escucho mi nombre a gritos y empiezo a recordar…

Desde que me diagnosticaron Alzheimer salgo en la noche persiguiendo a las estrellas, soñando con un final feliz, de esos que aparecen en los cuentos de hadas; salgo en busca de mi amor, quien ya se ha marchado hace algunos años, me visto como de costumbre, muy elegante para enfrentar a la noche, rodeo el parque y llego aquí, la policía me toma de los brazos, me hacen daño y me preguntan siempre la misma pregunta, aquella que nunca podré responder.

Me preguntan mi nombre.