Los veo preocupados, ¿Por qué? ,¿Por qué están preocupados? , todos me revisan.
Salí de mi Starbucks favorito corriendo en dirección al trabajo, aquel café estaba muy caliente, yo diría que hirviendo; corría con prisa sin darle importancia a mi entorno, en general siempre fue así y ahora veo que debía ser de otra manera; recuerdo aquella mujer con la que tropecé, aquella mujer que me dijo “Adiós” sin saberlo, ella, quién me entregó sin prejuicios a las sombras para no que no la quemara con mi suculento café, traté de esquivarla y encontré transporte y luz , luego sangre, mucha sangre.
Me encontraba en el campo floreado de rosas rojas, las mismas impregnaban aquel aire con un aroma celestial que no me dejaba reposar ni estar activo, simplemente me mantenía feliz. Era único , me recordaba tanto a mi hogar, ese sentido del bienestar; de pronto se manifestó un árbol, y me dijo: la vida es un maravilloso regalo el cual debes aprender a valorar - recuerdo que me dijo: -lucha y tendrás una segunda oportunidad o desiste y vivirás conmigo para siempre-, entonces desapareció. De pronto entre todas las rosas rojas surgió una amarilla que brillaba por sobre todas y su aroma era esencial, algo que jamás había tenido el placer de sentir, quise acercarme a ella, pero dudé y la rosa amarilla se desvaneció.
Llegué entonces de la nada al vacío y al espacio oscuro, veía como las estrellas se tornaban rojas y los ruidos me atrapaban, se burlaban de mi, la sequía había llegado, no existía ni el agua , ni el fuego, ni el cariño. El amor se tornó frío y solitario, podía ver rostros conmovedores de gente que no veía desde hace mucho, entre esos uno que me petrificó y jamás olvidare, el de mi abuelo, difunto ya hace varios años que me esperaba con mantos y aguas. Me llamaba, pero yo no quería ir, el ruido era espantoso y la penumbra se acercaba más y más, el aire me faltaba, yo nunca había estado aquí, ni allá, nunca lo vi venir, si usted me quiere decir dónde estoy, pues hágalo…
Y entonces entendí los idiomas, los ruidos se volvieron cada vez más claros , el árbol se alejaba, la rosa amarilla me sonreía y veía las nubes, estaba tranquilo, pero mis manos estaban cubiertas de rojo así como mi rostro. Había mucha gente,-estoy bien- les decía, pero no escuchaban, estaban preocupados, había alguien en el suelo, alguien moría yo podía sentirlo, me adentré poco a poco en la multitud, les pregunté varias veces qué sucedía, sin encontrar una respuesta, estaban muy concentrados, no podían escucharme; para cuando llegué a ver quién era el que agonizaba y robaba atenciones, sentí un fuerte dolor en el pecho como si me dieran fuertes golpes repentinos.
¿Qué sucede, quienes son ellos? y el árbol respondió: “tus amigos, ellos no quieren que te vayas…”
Nunca más volví a sentir la brisa, ni el calor, ni el frío, ahora soy sólo un espectador, nunca más pude saborear mi café favorito ni llegar al trabajo, aquella mañana mi realidad me atrapó destinándome a un accidente, tuve un sueño muy hermoso, ya casi al final encontré mi pesadilla y acabé muriendo… Tal vez si no hubiese dudado, si hubiese escuchado lo que dijo el árbol, estaría aquí contigo, pero no lo hice y ahora eres tú quien debe tomar la decisión, ¿buscarás la rosa o vivirás y morirás sin sentido alguno?
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